El budismo es una filosofía de vida espiritual basada en las enseñanzas del maestro Buda Shakyamuni.
Fue un maestro espiritual que apareció en el 600 a.C en India y que se dice obtuvo la iluminación total luego de haber renunciado a una vida de príncipe y haber meditado durante seis años de acuerdo a arduas prácticas ascéticas. El estado logrado luego de años de meditación y contemplación se le conoce como Nirvana y corresponde a una experiencia del ser en la cual se ha eliminado completamente el egoísmo y se es totalmente omnisciente y compasivo.
De todas las enseñanzas e instrucciones que entregó en un periodo de 45 años y en diferentes lugares de India, éstas pueden agruparse en lo que se llama los “Tres Giros de la Rueda”. Uno de estos corresponde a las llamadas “Cuatro Nobles Verdades” y que expresan el objetivo de su doctrina: aceptar la naturaleza insatisfactoria de la experiencia del ser engañado; reconocer que las causas de esta experiencia dolorosa es el egoísmo expresado a través de los venenos mentales y el karma negativo; lograr el estado más allá del egoísmo y la confusión; recorrer el camino de disciplina, concentración y sabiduría que lleva a este logro previo. Así mismo, los otros giros tienen que ver con una perspectiva sutil del mundo y los seres así como una naturaleza pura y primordialmente iluminada que profundizan las Cuatro Nobles Verdades.
El Nirvana o estado de iluminación es cuando los seres logran erradicar el Ego y las causas del sufrimiento.
En el budismo la meditación es la principal herramienta para la comprensión y purificación de la propia mente. Surge como un estado mental resultado de la disciplina de no dañar a los seres y puede profundizarse en diferentes niveles. Pero no es un objetivo en sí misma, ya que mientras mayor sea la calma mental y la concentración, mayor será la capacidad de introspección con la cual reconocer la naturaleza de las emociones egoístas y erradicarlas definitivamente. Este proceso se puede acelerar con métodos más avanzados y profundos tales como los mantras y visualizaciones del tantrismo.
La sabiduría corresponde al conocimiento que permite comprender las emociones, el karma, el sujeto, la actitud egoísta y su naturaleza esencial. Este reconocimiento permite erradicar estás “manchas” y dejar que se manifiesten cualidades positivas inherentes tales como amor y compasión. Mientras mayor la sabiduría, mayor la capacidad de trabajar por el logro de la iluminación total y beneficiar a todos quiénes nos rodean. Es por esencia, un logro que comprende completamente al sujeto y sus deseos y al mismo tiempo lo trasciende.
Se explica a través de la visión o perspectiva filosófica fundamental que de hecho caracteriza al budismo: la interdependencia. Este concepto propone un surgimiento de los fenómenos basado en causas y condiciones que dan lugar a todo lo experimentable, incluyendo al mundo y sus habitantes. La experiencia del mundo será aflictiva o beatífica dependiendo del grado de purificación del egoísmo existente en la consciencia. Es decir, el mundo en el que vivimos y nuestro estado mental con el cual lo experimentamos están profundamente ligados e interconectados. Nuestros actos e intenciones afectan la realidad y al mismo tiempo los cambio y procesos externos tienen una influencia en nuestra consciencia. A los ojos de Buda, este mundo percibido por una mente confundida y egoísta es impermanente, aflictivo, manchado por el sufrimiento y finalmente carente de esencia primordial. El universo pues, no va más allá de estas cuatro categorías finales.
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